La primera salida con Micaela había sido pasable y nada
más. Él se volvió de Tel Aviv, una ciudad imaginaria en Asia. Ella le escribió
algo por el whatsapp, otro producto imaginario de estos tiempos.
A Ramón le pareció leer que ella le escribió “gracias por
entrar en mi vida”. Le pareció exagerado, pero le escribió que era mutuo. Luego
descubrió que había leído mal, ella le estaba agradeciendo por haberle hecho
conocer en el whatsapp el dibujito de un monito. Ramón quedó como un
zapato.
Varios días después ella
estaba realmente enamorada.
La segunda vez que se vieron, la cita empezó
bien. (Aunque les hicieron una multa en el tren y él pensó que bueno, que eso
era una mala señal).
La cuestión (más o menos) fue que esa noche, a las
diez, Ramón le dijo “qué linda que te queda mi bufanda” y dos horas después,
pensaba “¿cómo hago para recuperarla?”.
No sería la primera bufanda que Ramón perdería en manos
de una cita. Desde ya, él no es tan banal como para darle a las bufandas una
importancia trascendental. Sin embargo a veces, el destino aparece de manera
molesta. Las citas implican para Ramón una
inversión exagerada en materia de bufandas.
Anexo: Catálogo de
bufandas perdidas
·
Bufanda entregada
aproximadamente en febrero de 2013 (hay que tener en cuenta que Ramón vive en
el Hemisferio Norte). Bufanda estilo “kafia” árabe, pero más linda. Comprada en
Pull and Beer poco tiempo antes. Entregada con la esperanza de que ella diría
una vez más “no, en serio, llevátela”. Algún tiempo después ella le ofreció
enviarle unas medias que el dejó en su casa. Él se negó, desde ya, y no dijo
nada de la bufanda.
Situación actual: irrecuperable.
·
Bufanda entregada
en mayo de 2015. Similar a la anterior, un poco menos linda. Pero muy linda
igualmente. Tambien onda “kafia” del siglo XXI, color azul y blanco, tambien
comprada en Pull and Beer. Cuando Ramón la vió en el negocio pensó: “esta va a
reemplazar aquella otra!”. Que triste e irónico destino.
Situación actual:
en dolorosas tratativas.
·
Bufanda tipo
"polar". Regalada sin querer el 13/11/2013. No era especialmente
linda. Más bien podríamos decir que era "tirando a fea". Como era su
cumpleaños, Ramón estaba un poco romántico y creyó que perderla no le
significaría nada. Cuando ella quiso devolvérsela y él dijo que no con la mano,
como mostrando que eso era obvio (¿qué clase de caballero sería?), notó que
justo en el borde decía "Egresados" y se dio cuenta de que la prenda
tenía alguna carga afectiva que ella, probablemente, no apreciaría. No entendía
español.
Situación actual: ni que hablar.
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